ROBERTO ARMENDÁRIZ PASCUAL | REJONEADOR REVELACIÓN DE LA TEMPORADA
"Sueño que Hermoso me da la alternativa"

Texto: Íñigo González Fernández. Fotos: Buxens.
Primero fue en Palencia. Luego llegó Segovia. Después Olite y por último Soria. Cuatro festejos y cuatro salidas a hombros. A sus 17 años, Roberto Armendáriz lucha por pasar de promesa a realidad del rejoneo navarro. Este sábado le toca el turno a Ávila.


ROBERTO Armendáriz Pascual tiene 17 años y es rejoneador. Ni el fútbol ni el baloncesto pudieron atraparle. Fue el hechizo del toreo a caballo lo que sedujo a este noaindarra y lo que le ha llevado a debutar con novillos este verano. En los cuatro festejos que ha toreado siempre ha salido por la puerta grande. El balance: ocho orejas y dos rabos. Su futuro: tan brillante como sus ojos.

-Navarra no es una tierra muy pródiga en dar rejoneadores

-Es cierto. En este momento, sólo estamos Pablo (Por Hermoso de Mendoza), Alberto Marañón, de Tudela y yo. Óscar Lorente, de Tafalla, ya se retiró.

-¿Cuándo supo que lo suyo era el rejoneo?

-Desde pequeño he querido ser rejoneador, pero la decisión de tomármelo en serio llegó el año pasado, que es cuando tomé la determinación de unir mi vida al mundo del toro.

Apoyo familiar

-¿Qué dijo su familia?

-Dijeron que estaba loco, pero cuando vieron que no eran sueños de niño me apoyaron desde el principio. Mi hermano Justino, que tiene 22 años, hace de mozo de espadas, mi padre, que es ganadero, dirige la finca y es el que más suda para poder sacar el dinero que hace falta y mi madre no se pierde ni una sola de mis corridas.

-No me diga que su madre le acompaña.

-Lo pasa muy mal pero viene. Prefiere estar presente para ver si ocurre algo, y eso es algo que agradezco con toda el alma.

-¿Qué ha tenido que sacrificar para ser rejoneador?

-Muchas cosas. Hay que estar las 24 horas del día si quieres ser bueno, aunque para mí cabalgar no es trabajo ni sacrificio. Lo que antes era un hobbie ahora se ha convertido es una ilusión.

-¿Cuál fue su primer animal?

-Un pony que se llamaba "Tozudo" y que era más malo que la leche. Me lo regalaron a los cuatro años y yo creo que mis padres todavía se arrepienten: mordía a las vacas, a las personas, se escapaba, y como yo de pequeño era un "ficha" los dos hacíamos perrerías juntos. Me escapaba con él y nos subíamos por cualquier terraplén, claro que luego nos perdíamos.

-¿Y su primer caballo?

-"Camarón", que me lo regalaron cuando cumplí 9 años. Lo tengo en Noáin y lo entreno a fondo ya que está en su mejor edad. Es muy vivo y valiente. Ahora ha cogido un poco de miedo y lo estamos volviendo a entrenar. A este caballo no lo dejaré nunca, le tengo mucho cariño.

-¿Qué le une a su caballo?

-Tenemos un vínculo especial. Cuando llevo un tiempo sin ir a verlo se enfada. Yo no sé lo que piensa "Camarón" pero sí lo que siente. Ahora con los otros cuatro caballos mi amor está dividido.

-¿A qué caballo quiere más?

-Cada uno es diferente. Tengo dos caballos isabelos para banderillas: "Polvorilla" y "Barquillero". Con ellos dos sé que el toro no me pillará nunca. Son caballos muy ágiles, muy toreros. Muchas veces resuelven ellos la papeleta. En ciertas distancias sólo ellos ven la reacción del toro, y a ellos les confío la vida.

-¿Les habla a sus caballos? ¿Qué les dice?

-Les digo muchas cosas. Cuando las cosas van bien les doy ánimos, les gratifico, les digo piropos, y cuando van mal también les reniego, y eso el caballo lo nota. A veces tengo broncas tremendas con los caballos.

-¿Y cómo se pelea con un caballo?

-Les chillo, le cojo de la oreja, o les doy cachetes, y ellos me muerden. Lo que hay que entender es que un caballo también tiene días buenos y malos, y cuando dice "no", lo mejor es bajarse y darle un descanso.

-¿Qué me dice si nombro a su padrino, Ángel Equísoain?

-Es mi segundo padre. Él me enseñó todo lo que sé sobre el rejoneo. Hizo la mili con mi padre y cuando decidimos ir en serio fui a su finca en Olite y me puse en sus manos. Me acogió como a otro de sus hijos y me da consejos dentro y fuera de la plaza. Muchas cosas de la vida las sé por él.

-¿Y si digo Hermoso de Mendoza?

-Pablo es lo máximo. Es casi como Dios. Es muy buena gente, sencillo y generoso. La primera vez que me enfrenté a una vaca lo hice en su finca y el otro día toreé uno de sus novillos. Pablo entró en mi vida por medio de mi padre y de Ángel Equísoain y ahora somos una familia estupenda. Espero que algún día él me dé la alternativa.

-¿Qué se siente al dar muerte a un novillo por primera vez?

-Es lo que llevaba esperando toda la vida. Es un momento instintivo en el que es o él o tú. Mi debut con novillos fue tremendo. Sabía que tenía que matar al toro, y fui decidido y a por todas.

-Y cortó dos orejas.

-Corté dos orejas y derramé más de una lágrima. Luego, cuando mi hermano me sacó a hombros me sentí en la gloria. Aunque no despego los pies del suelo porque una mala tarde te puede hundir.

-¿El camino a seguir?

-Torear con cabeza y con frialdad y pasar a las plazas grandes. Para ello: trabajo y más trabajo, y por soñar, dentro de un par de años, la alternativa con Hermoso.

-Defínase en tres palabras

-Bromista, jugetón y perfeccionista.

Más información en la web oficial www.robertoarmendariz.es  

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