El Río Elorz en Otano. El hayedo en Ezperun. El quejigal y carrascal de la Sierra de Alaiz

El Valle de Elorz adminte varias opciones para excursiones. Nosotros vamos a plantear una de ellas, visitando el Río Elorz a la altura del puente de Otano para luego ascender por Alaiz y buscar las tres variedades de bosque autóctono que se dan en el Valle, el hayedo, quejigal y carrascal. Quedarán en el tintero otras posibilidades, como la Sierra de Tajonar, la Balsa de Yárnoz, a 950m, de altitud sobre alaiz, o la Cueva de Diablo-Zulo, en las inmediaciones de Guerendiáin, que en principio desechamos por las dificutades de acceso.

Saliendo de Noáin por la carretera N-240 (que deja a la derecha el acueducto), en el km 13, a la altura de Elorz, tomando el desvío a la derecha, parte un camino de concentración que lleva directamente al molino de Errotaldea, en el río Elorz. el camino cruza la zona baja del Valle, la más llana, donde se cultiva trigo, cebada y colza para uso industrial, cuyas plantaciones se llenan de flores amarillas en primavera. En menor medida se puede también encontrar avena, habas, veza y ya en franca regresión, algunas viñas, restos de un cultivo que en tiempos tuvo cierta importancia, para la obtención de txakolí.

El Río Elorz

Al final del camino que hemos descrito se llega al río Elorz, y al puente medieval que lo cruza, restaurado en su parte inferior hace pocos años. Consta de cuatro arcos de medio punto. Junto a su desembocadura, hay un molino de en torno al siglo XVIII, que da nombre al lugar (Errotaldea, de errotea = molino). El conjunto lo completan unos cuantos árboles que dan sombra y que hacen de este lugar un excelente punto de partida para remontar o seguir el curso del río.

No debemos pensar que el paisaje asociado al río ha sido siempre como el que hoy vemos; en tiempos no muy lejanos, el curso fluvial iba flanqueado de "sotos", osea bosquetes de los actualmente quedan unos pocos árboles.

El Elorz serpentea por el fondo del Valle, sobre suelos aluviales que él mismo ha creado en el curso de los tiempos: arcillas y limos con cantos rodados de arenisca y caliza; estas tierras tienen un grosor de unos cuatro metros, y constituyen las mejores tierras de cultivo. En sus riberas podemos ver hoy los característicos chopos, altos y espigados, así como alisos, sauces, cañaverales, etc.

Por otro lado, el río no tiene un caudal muy regular, y el estiaje es muy acusado, por lo que no alberga gran variedad de peces; podemos encontrar el barbo común y de montaña, locha, madrilla, y tal vez la chipa. Son los barbos los más buscados por los pescadores. Se pueden encontrar así mismo algunas variedades de ranas, sapos, tritones y culebras.

En cuanto a aves, es posible ver al vistoso martín pescador, de vivos colores azules y anaranjados, que se zambulle veloz en el agua para capturar pececillos. También se puede ver al ruiseñor bastardo y común, a la lavandera cascadeña, que vuela raseando la superficie del agua para cazar insectos, y la polla de agua, capaz de nadar e incluso de bucear cuando se ve amenazada, dejando únicamente el pico a la vista.